Un viaje para tod@s
En Marruecos
hay dos tipos de viajes, el de
“ellos” con muchas horas de coche, muchos kms al día (y de noche), y el de “ellas” pocos botes y 4x4 y más horas
de turisteo recorriendo cada monumento y
pueblo donde dormíamos.
En esta ocasión hemos tratado de hacer un
viaje en el que todo el mundo disfrute al máximo, pilotos y copilotas y, a
juzgar por las sonrisas de todos, creo
que lo hemos conseguido. La mitad de los
participantes eran de Granada, y la otra mitad de San Sebastián, los llamábamos cariñosamente Arriba y Abajo. La premisa del viaje era menos horas de coche (pero muy
intensas) y llegar pronto al destino para poder disfrutar de los mejores
hoteles, Riad, sus piscinas, su gastronomía,
tiendas, etc.
El jueves ya estábamos todos en Tarifa
conociéndonos y repartiendo tracks, regalos, saludos y últimas
recomendaciones. El viernes cogimos el
primer ferry hasta Tánger, pasamos la frontera sin retrasos, cambiamos dinero y
comenzamos esta nueva rutaventura marroquí. Autopista hasta Meknes y primera
parada para comer tranquilos y meternos de lleno en el viaje en un típico puesto de pinchos,
tajines y demás manjares de la tierra. Los “nuevos” cambiaban de cara cada 15
segundos, ja, ja, ja, ja, ja.
Pasamos
por el cedro milenario de Gudar y los
monos jugaron con nuestros coches. Era
el festival de la manzana de Midelt, había puestos por todas partes, pueblo, cunetas, gasolineras, es
la época de la manzana. Al día siguiente salimos de Midelt y pisteamos por un
tramo nuevo que estaba casi deshabitado, primero pista rota y después pista
rápida y a gozarrrrrrrr.
Compramos unos chuletones en un puesto del Atlas y
nuestra primera comida campestre fue regada con cava de nuestros amigos de
Granada, ¿qué más se puede pedir (4x4,
chuletones autóctonos y cava)? Pues el café que todos los días nos hacia la
voluntariosa donostiarra, Juncal.
Entramos en el manantial azul, vimos el geiser de Erfout y llegamos a nuestro
destino, el hotel Xaluca, en el que estuvimos dos días.
El primer día hicimos la ruta de los curiosos
edificios del alemán, Escalera Celeste, Espiral Aurea y Ciudad de Orión. Luego
pasamos y visitamos los pozos que traían agua de la montaña a los palmerales
del siglo XI, para acabar comiendo en un oasis al lado de la cárcel portuguesa.
Por la tarde visita y compras en el Zoco de Risani, el más grande del
Tafilalet, con su mercado de animales, frutas, parking de burros, metales, ahí
las chicas disfrutaros como niñas, comprando especias y aceites de todas las
clases. Luego relax en las piscinas.
El lunes ruta de los Oasis, Foukani, Saf-saf,
Braim, Tissadermine, para acabar
recorriendo el rio de arena que bordea el erg Chevvy. Cuando apretaba el sol
fuimos a comer al restaurante de Jordi& Naima unos huevos fritos con
longaniza espectaculares.
Tras dejar las maletas, en la Kasba Mohayud las chicas cogieron el coche de Juan y se
fueron al “Corte Inglés” y sucursales, y los chicos a lo que más nos gusta……..a
las Dunas…….. Allí vimos las habilidades de Finico con su hdj 80, probamos la
nueva Hilux de Antonio con sus King y centralita y nos adentramos en el erg,
hasta cruzarlo y tomar un té en el oasis Oubira. Luego vuelta y más
arenaaaaaaaaa.
Es martes y toca nuestra etapa reina,
Merzouga- Tagounite, 236 kms. Comenzó bien
hasta que llegamos a Remlia donde las últimas lluvias se habían llevado las
entradas al rio; eran todo taludes imposibles. Con la ayuda de un lugareño
encontramos el único paso abierto hasta el momento y tras charlar con él,
seguimos hasta la entrada del cañón del Marech, que en esta ocasión no
cruzamos. Nuestro destino era Casa Juan en Tagounite, un lugar especial, de
solo 6 habitaciones, con enorme duna delante y donde vimos anochecer.
Cena
espectacular y la charla con Juan, su propietario, mucho mejor. Nos contó de
primera mano sus viajes, las costumbres marroquíes, hablamos de la actual situación
política allí, etc. hasta que se
acabaron las copas y el sueño nos rindió.
Vamos perezosossssss, no hay prisa, pero
vamosssssss, ya en marcha hacia el
Chigaga. Nada más llegar a MaHamid vemos muchos coches de carreras, el rally de
Marruecos. Cuando llegamos vemos la salida y llegada allí mismo, por donde
teníamos previsto pasar. Nos lo tomamos con calma, hacemos fotos y buscamos
alternativa por las pistas paralelas hasta el oasis sagrado donde paramos a ver
pasar los camionesssssssss……..como pasannnnnn. Seguimos buscando alternativas
ya que hemos elegido el mismo recorrido, hasta llegar a nuestro destino, un
grupo de Jaimas en la entrada de Erg de Dunas.
Comemos a su sombra y después
algunos prefieren quedarse en el campamento y pasear por ellas, y otros nos
lanzamos al centro del erg, 45 º subidas, bajadas, rondos (que a Sase no le
molan nada) y demás habilidades que se nos ocurren, gozamos más de lo
permitido, y las caritas de todos tenían un brillo especial, un día de 10.
Y no había terminado, cena a la luz de las estrellas, cánticos bereberes,
pacharán, gin tonics, etc. Hacía tanto calor que tuvimos que dormir al raso,
eso sí a las 4 de la mañana hubo que echarse un manta, refrescó un poco.
Despertamos con el cielo como techo, y desde allí, sin movernos, vimos salir el
sol. ¿Se puede pedir algo más???
SI, rio de arena y correr por el
lago Iriki, esto ya está siendo de 11.
Seguimos
con el horario sin prisa, tomamos un té en una de las terracitas que han
proliferado en el centro del lago y volvemos por el río de arena hasta una
pista que nos lleva a Zagora por el Jebel Bani. Rápida, bonita, como nos gusta,
sin sustos, para repetir. Allí nos espera el impresionante Riad Sofian, hay que
verlo para creerlo. Después de un baño en su piscina y un rato de relax, vamos
a la ciudad de compras, y a visitar el taller de nuestro recién desaparecido
Amigo Mohadmed el Gordito. Su sustituto y también amigo parece haber cogido el
relevo con el mismo talante y humor, cosa que es de agradecer. Parece que todo
sigue igual. Revisión a los coches, un par de retoques y de compras.
Las chicas
siguen con su euforia por comprar aceites de todas las clases y cada vez más
baratas, jojoba, higo chumbo, pepitas de uva, camomila, de hormiga roja, aloe
vera, argán, de semillas de sésamo, semillas de comino negro y manteca de
carité. Y harina para postres, mucha harina, ahí es nada.
El viernes cogemos el valle del Dra y
pisteamos por el Jbel el Hassel hasta las minas del Gloa. Así, por pistas desconocidas llegamos a
Agdez, donde nos espera Hara Oasis, un establecimiento que nos dejó a tod@s el
mejor sabor de boca de los que hasta ahora creíamos insuperables, este es de
12. Regentado por Naya, la mujer de Juan, que en todo momento estuvo pendiente
de cualquier detalle. Primero nos hizo un recorrido a través del palmeral con
los 4x4, luego nos sacó un té a la orilla del río, y después un burrito nos llevó
las maletas hasta los bungalós.
Pudimos bañarnos en el río, algo espectacular,
y luego cenar en su orilla. Este lugar es para esconderse y desconectar.
Ya estamos en la fase final del viaje y hay
que rematarlo. Hoy por la ruta de las mil kasbas visitamos Ait Banadou, luego
el palacio de Telouet y llegamos a Marrakeck.
Visita obligada a la Plaza Djema
el-Fna donde vimos aguadores, encantadores de serpientes, cuenta cuentos, música popular, dentistas y tomamos zumos de
naranja para luego adentrarnos en el Zoco, donde seguimos buscando los últimos
regalos, aceites, bolsos etc. Acabamos
como empezamos, con una típica cena marroquí en uno de los puestos móviles de
la plaza con sus estrechas mesas y típicos productos, tajines, couscous,
pinchos…
Luego una copa en la disco del hotel y a dormir, que mañana hay que
volver hasta Tánger y después cada uno a su destino.
Agradecer desde aquí a
tod@s los participantes el buen humor reinante y las ganas de pasarlo bien que
tenían, un saludo a Carlos y Juncal, Juan y Sase, Finico y Carmen, Antonio y
Manolo, y a Laura del que suscribe, Evaristo Martínez Rutaventura.
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